Los análisis siempre esperan ver la parte positiva y negativa de lo que acontece. Esto nos sirve para seguir creciendo, repitiendo elementos que nos favorecen y mejorando lo bueno; por el contrario, no volver hacer lo que está mal y en definitiva poder cambiar.
En esta marejada pudimos darnos cuenta que el surf de olas grandes viene con más fuerza y cada vez con mayores exponentes, llamando la atención los más jóvenes, que sin miedo a nada se lanzan “de cabeza” sin importar los fondos ni el tamaño. En esa misma línea están los pro surfers, demostrando gran control y experiencia en dichas condiciones (en busca de romper sus propios límites). En este escenario también aparecen los surfistas amateur, quienes buscan nuevas emociones, pero ahora con mejores herramientas y conocimientos.
Ya no es novedad que las damas están surfeando olas de tamaño, ya reconociendo nombres como: Natalia “Cata” Escobar (Pichilemu), Dominique Charrier (Pichilemu), las hermanas Anderson (Pichilemu), Lorena Fica (Arica), Sofía Bórquez (Arica), Amaru Carrizo (Antofagasta), por nombrar algunas …
Casi todos/as aprovechando el swell, llamado por algunos como “Benito” , el que llegó a las costas chilenas con diferentes direcciones y fuerzas. Es el caso de Punta de Lobos, llegando a medir sus olas casi 9 metros; en la 5ta región, en Loncura – Quintero, llegando a la altura de 4 a 4 ½ metros (en un beach break, totalmente surfeable – fotos adjuntas); y en Punta Doca de Pichicuy, olas que llegaron a los 8 a 9 metros. En la 4ta región, precisamente en Totoralillo, el espectáculo fue de proporciones, alcanzando los 5 a 6 metros.
Algo que llamó la atención fue el manejo de los medios tradicionales (TV, Diarios y radio) con respectos a la peligrosidad de las marejadas. Acá́ hay cosas que reconocer, es que la llegada de olas grandes y la “peligrosidad” de ellas en algunas zonas del país, si que son ciertas, sobre todo en localidades en donde las construcciones llegan hasta la misma orilla del mar. Es lógico que exista destrucción en lugares en donde la naturaleza pide su espacio.
Pero lo que verdad dolió́ fue el sobreponer dicho asunto, por sobre el gran desempeño de los surfistas (nosotros) en olas de gran tamaño. Y nuestra satanización, mencionandonos como rompe reglas y arriesga vidas.
Lo he repetido mil veces en conversaciones internas: cómo le explicamos que las marejadas son nuestro momento, espacio en donde llevamos a cabo nuestro entrenamiento (basado en horas de surf, control sobre la tabla, visualización de la ola correcta, apnea …); es difícil explicarle a Don Francisco que los surfistas esperamos y entrenamos para estas Marejadas. Es difícil pedirle a quien busca like, que lo importante es el fondo, en este caso el surfer que por tanto años entrena y se lanza en la ola más grande.
Pero por qué nos impresionamos, esto medios nunca hablan de las olas grandes y los surfistas; salvo el caso de los logros de Ramón Navarro o cuando se presenta el Ceremonial de Punta de Lobos. Si no es un maremoto, no está dentro de la agenda.
En estos tiempos hay que agradecer que existen medios especializados y que tenemos acceso a ellos.
Así como el paso del tiempo, las generaciones van pasando. El Surf es olímpico y ya tenemos un representante. Hay que tener fe que en el futuro tendremos otro tipo de cobertura independiente del medio. El secreto es generar cultura surf, comenzando por el boca boca, realizando actividades relacionadas con el mar, ser embajadores del medio ambiente, conseguir logros deportivos y que cada uno sea un promotor de nuestro hermoso deporte (siendo personas integras, deportistas, sanas y con objetivos claros).
Hay que mantener la calma que la difusión de cosas positivas ya llegará. Por el momento concentrarse en lo que dicen los medios especializados . Como en toda sesión de big wave, respirar, estar atento y esperar la más grande … eso tarda pero llega.
Felicitaciones a todos quienes se atrevieron a surfear y buscar olas en esta Marejada. Ya somos muchos y vamos a seguir creciendo.
Por Fernando Cataldo Guerra