«La gente siempre me pregunta ‘¿Qué es lo que hace que alguien deje a sus amigos, su familia, sus trabajos, para ir a surfear?’ Esa gente cataloga el surfing como un deporte. No lo es. Es una forma de vida», Greg Noll.
Greg Noll, conocido como Da Bull, falleció por causas naturales este 29 de junio, a los 84 años en su casa de Crescent City, Califonia.
Sin duda una leyenda del surf, transformando esta disciplina con sus tablas (madera de balsa; luego aportando a la industria en los años 60 , con la creación de marca como: Da Cat y luego Noll); fue salvavidas y nadador olímpico.
Fue el primer surfer en llegar remando al tercer reef de Pipeline y surfear una de las olas más grandes que hasta entonces se había visto, dejando la huella en la memoria de todo surfista con su clásico traje de baño de rayas blancas y negras. Un ícono del surf mundial.
Incluso fue uno de los primeros surfers, luego de la visita de Duke en 1914, en llevar el surf a Australia.
Una historia que nos deja muchas enseñanzas y la pasión por las olas grandes.
“Greg murió de causas naturales el lunes 28 de junio, a la edad de 84 años. Invitamos a todos nuestros amigos y familiares a celebrar su vida compartiendo esta publicación y sus historias, imágenes y experiencias a través de su plataforma preferida. Aloha», post de Instagram publicado por la familia.
Quién fue Greg Noll / Fuente: Surf30
Fue uno de los primeros y posiblemente uno de los mejores surfistas de olas grandes, pero era mucho más que eso. También fue un emprendedor que ayudó a transformar el deporte con sus tablas de surf, que fueron de las primeras en construirse con madera de balsa, un material que las hacía más maniobrables y lo suficientemente livianas para que la usaran la mayoría de las personas.
Nacido San Diego en 1937, se mudó a Manhattan Beach a los tres años. Cuando era niño, trabajó como pescador de cebos en el muelle de Manhattan Beach. Pronto conocería a Dale Velzy, un shaper al que se le ocurrió crear tablas hechas de madera de balsa para que los niños pudieran surfear. Velzy le tomó bajo su paraguas enseñándole el arte de construir tablas de surf.
Se convirtió en socorrista del condado de Los Ángeles y fue un competidor tenaz, todo lo cual contribuyó a su éxito posterior en la arena de las olas grandes. Llegó a conseguir el tercer puesto en la travesía hasta la isla de Catalina (26 millas), e incluso se perdió bajo la niebla y aterrizó seis millas más lejos del punto de llegada
Fue de los primeros en surfear con tablas de balsa «Chip», más cortas y ligeras, y mucho más maniobrables. A Noll se le conocía en Malibú a mediados de los 50 por tener un gran estilo, aunque fue la natación lo que le llevó hasta los Juegos Olímpicos de 1956 en Melbourne.
Hasta allí se llevó su tabla, junto con Mike Bright, Tommy Zahn. Los australianos no habían visto a un extranjero surfear desde que Duke Kahanamoku introdujo el deporte allí en diciembre de 1914.
Noll comenzó a realizar viajes anuales al North Shore durante sus años en el instituto. Allí encontraría su gran pasión: las olas grandes.
En diciembre de 1964, Noll consiguió otro hito, el de llegar remando hasta el tercer reef de Pipeline y pillar una de las olas más grandes que hasta entonces se había visto. Fue en ese momento cuando su bañador de rayas blancas y negras se convirtieron en un ícono.
No dejó de shapear, construyó una gran fábrica de tablas de surf en Hermosa Beach, donde logró formar una alianza comercial con Miki Dora para fabricar y vender tablas de surf Da Cat, creando una de las campañas publicitarias más exitosas en la historia del deporte. “Hacíamos hasta 175 tableros a la semana, y teníamos entre 60 a 70 empleados», comentaba Noll en una entrevista. Greg protagonizó el gran boom del surf en California.
Pero a finales de los años 60 el surf dejó de estar de moda. Una tarde en Makaha, en diciembre de 1969, eligió la ola más grande que había y la cogió hasta el final.
Poco después de surfear en Makaha Beach, Noll dejó el surf, cerró su fábrica de tablas de surf en Hermosa Beach y se mudó al norte de California y Alaska, donde se convirtió en un exitoso pescador comercial y más tarde en un guía de pesca deportiva.
No estaba contento, dijo años después, con lo que las populares películas de «Beach Party» de la década de 1960 le habían hecho al surf. Las películas inundaron la costa del sur de California, dijo, con personas que no podían surfear, se interpusieron en el camino de las que sí y no entendieron o apreciaron el deporte.
«Toda esa escena de Hollywood en ese momento en particular era un desastre cuando se trataba de hacer algo significativo con la comunidad del surf«, dijo Noll a The Associated Press en 2013. «Vivían en su propia pequeña burbuja y pensaban que el surf se trataba de fiestas en la playa y gente saltando bailando a la luz de la luna«.
A fines de la década de 1980, sin embargo, le comenzaron a llegar pedidos de tablas de surf hechas a medida. Noll abrió una pequeña tienda en su garaje para hacerlos, poniendo a su hijo Jed, entonces un adolescente, a trabajar con él.
En 2009, su hijo abrió Noll Surfboards en San Clemente y puso al padre a trabajar diseñando una línea de tablas personalizadas para coleccionistas que conmemoran eventos históricos de surf o honran a surfistas legendarios.
«Me da la oportunidad de trabajar con mi hijo y compartir lo que sé sobre el océano, las tablas y la historia«, dijo Noll en el 2018.