Dejamos la ciudad y nos insertamos en las regiones del sur de Chile. En busca de sus frías aguas, para poder conectarnos con la magia de sus rincones y olas. Un viaje de amigos descubriendo lo natural y vital de nuestro país.
Comienza nuestro viaje con los primeros focos de fuego en la ruta 5 sur. Casi 12 horas de manejo que nos permitió reflexionar sobre lo materialista que está nuestro país y la locura de la gente por gastar dinero en cosas que no tienen importancia.
Para nosotros este trip era una oportunidad de reencontrarnos con la naturaleza y poder disfrutar de olas que aún no son conocidas.
Nuestra primera parada , luego de pasar unas horas en Valdivia, fue Curiñanco. Una localidad alejada del mundo en el ruido en donde las estrellas se mostraban en todo su esplendor y las olas se reencontraban con esos fondos que solo se dejaban la dibujar por los clásicos swell norte , generando así una derecha casi perfecta.
Sesionamos una vez y luego disfrutamos de la escondida vertiente que se encontraba al costado de nuestro campamento.
El poco viento nos permitió estar en este lugar sin problemas. Factores que luego extrañamos al momento de partir en busca de Mehuin, nuestro primer y principal objetivo.
Para llegar a nuestro próximo destino tuvimos que volver unos kilómetros a San José de la Mariquina, para luego internarnos en las faltas de los cerros verdes y fluorencetes que acompañaban al cause del Río.
La sorpresa estuvo cuando al encontrarnos con el mar esta ola perfecta de las fotos , esa izquierda larga y tubular , no estaba. Sabíamos que el fondo necesitaba tamaño , pero en nuestro inconsciente esperábamos una playa poco poblada , en donde sólo los pescadores y locales de la zona disfrutarían de sus aguas.
Como contraparte el balneario estaba atestado de gente, en dónde el comer , dormir y estacionarse ya era un problema.
Fin del tema, apretar las tablas en el techo, preguntar si podíamos seguir recorriendo por la costa y partir.
El camino continuaba por la región de la Araucanía , zona en donde la sangre Mapuche es realmente fuerte. Tan así que nos sentimos totalmente atraídos por toda su cultura.
Avanzando entre bosques y caminos de tierra, llegamos al única lago de agua salada de América, el Lago Budi. Un paraíso de cisnes y peces, en donde los Bueyes serían como los caballos de nuestra zona y los zancudos, las moscas de nuestra tierra.
A fin de cuentas , en este lugar encontramos paz y el encanto de su gente. En cuanto a olas, no logramos surfear nada. Puros beach break que supuéstamente funcionan en algunos meses del año.
Lebu, otro spot de la región , nos recibió con su clásica ola de El Faro. Lugar de derechas perfectas , como recortadas de revistas extranjeras. El problema fue la cantidad de locales presentes en el point; pese a ello, logramos disfrutar de algunos techos bastante perfefctos.
Acampadas y más hora de manejo , para llegar a uno de los sectores más característicos de la XVIII región , que en estos últimos años se han convertido en la vedette de la zona, con un crecimiento que aspira a ser sustentable. El tiempo nos indicará que es lo que sucede con este tema.
Las olas en la semana de recorrido estuvieron de tamaño , con swell norte y con cambios de marea bastante notorios. En general un verdadero deleite para nuestros ojos y nuestro surf.
La Perla del Maule y el fin del viaje
Nuestro siguiente destino entonces fue Constitución. Llamado también como la perla del Maule.
Ya adentrándonos en zona centro norte, nos encontramos con este lugar en donde no muchos surfers suelen revisar. Suerte para algunos , porque el spot está casi solitario.
Nosotros en tanto logramos acampar por tres días seguidos mirando las izquierdas que no pararon de reventar en forma perfecta.
Otro de los temas que podemos mencionar fue el frío ; factor protagonista en todo nuestro viaje. Con decirles que algunos surfeamos con guantes y otros no se sacaron el gorro durante todas las sesiones.
Nuestras palabras finales para este trip y para las joyas de nuestra sexta región , nos referimos a Pichilemu, Punta de Lobos y Puertecillo. Playas que nos regalaron perfectas sesiones de surf y momentos increíbles de imágenes y situaciones .
Sin duda un regalo para este grupo de amigos provenientes de Maitencillo – Santiago, Viña del Mar y Mar del Plata (Enzo, último pasajero que se sumó al viaje en Buchupureo). Todos unidos por este deporte que tanto amamos y que nuestro país nos deja apreciar en todo su esplendor.
Nuestro saludos a John Suazo por prestarnos la casa de Buchu, a Javiera Ponce por dejarnos dormir en su cabaña en Valdivia y a Sam Carey por prestarnos el balcón para poder acampar en Pichilemu.
En general cerramos un trip de mucho surf, con buenas olas y las clásicas consecuencias de haber disfrutado de un buen swell norte , tablas rotas, buenos tubos e intensas sesiones.
Gracias a tablas OC surfboard por facilitarme las tablas y a todos nuestro sponsor que nos acompañan en este trabajo de descubrimiento e información.
Puedes Revisar nuestro trip completo en Trip al Sur
Por Fernando Cataldo / Staff latinwave
Fotos: Sergio Miranda, Javiera Bruna, Enzo , Juri y Fernando Cataldo.