A esta altura del año estaba resignado a que no iba a poder tocar la nieve por el tema de la pandemia que estamos viviendo, los centros de ski comenzaron a funcionar gradualmente para algunos clientes, obviamente considerando todas las medidas de precaución y protocolos de higiene para cuidarnos del Covid-19.
Por mi trabajo se me hacía mega difícil viajar, como lo hacía antes, con tanta libertad. Todo está tan complicado en estos momentos que veía tan lejano poder llegar a subir un día a mi querida Cordillera de los Andes. Siendo repetitivo con el tema, estaba resignado y con la idea de que no iba a poder estar ahí este año.
En una tarde de skate en el patio de mi casa, usando la rampita que construí gracias a la cuarentena, recibí un hermoso y gran llamado de mi buen amigo “Yamil” de Puerto Montt, diciendo: «Perro, amigazo como estai?… Aún no vas a la nieve cierto?. Sé lo importante que es para ti el snowboard y la nieve, que te quiero invitar a una cabaña que arrendé con la “Fher”, para que vayamos a ridear como se debe, hasta que se te revienten las piernas con tanto andar…, ¿Te vienes o no te vienes?».
Sin pensar en nada más, le contesté: «Brother me voy al toque, la vida es ahora y hay que vivirla, mañana a primera hora estoy allá para sesionar, hasta que mis piernas no puedan, ni para caminar en un mes, jajaja».
Se pensó y se hizo, subí mi equipo de snow al auto, cámaras, algo de comida y muchas cervezas. Partí desde Pichilemu rumbo a la localidad de Malalcahuello, región de la Araucanía, con el objetivo de visitar el centro de ski Corralco y sus alrededores.
Manejé aproximadamente 6 horas y media para llegar a un hermoso lugar, con un increíble bosque nativo, en donde me esperaba ahí mi bro Yamil, la bestia del snow del Sur, junto a su novia Fher y los dueños de las cabañas (Jesús y Marcela); todo acompañado de una gran parrilla y muchas cervezas para celebrar el inicio de un gran trip.
Comenzamos el primer día conociendo el centro de ski Corralco. Todo el mundo usaba sus mascarillas y el ya nombrado protocolo de sanidad. Se practicaba cada regla al pié de la letra con el objetivo de cuidarnos; todo el mundo era muy respetuoso en ese sentido. El centro es más bien pequeño, con 6 andariveles pero con un área esquiable inimaginable. Nieve primaveral en la zona baja y en las zonas más altas se podía encontrar un poco de polvo. Sesionamos dos días ahí para aprovechar la buena calidad de nieve.
El segundo día vimos el reporte del clima, que nos mostraba una tarde cerrada de nubes y harta nieve para la noche, hasta la mañana del tercer día. A esa altura estábamos pensando en donde poder ganarnos toda esa nieve polvo que venía. Con esa idea nos dormimos.
Comenzamos nuestro tercer día con muchos llamados a buenos contactos, logrando concretar una expedición con motos al sector de Los Arenales en el volcán Lonquimay. Un centro de ski ahora abandonado, pero con tremendo potencial en calidad de nieve y área esquiable.
Ansiosos queríamos llegar al top, pero tuvimos un pequeño inconveniente por el tema actual de los Mapuches, en donde nos encontramos con varios caminos cortados, lienzos con amenazas y barreras que nos impedían entrar a sus tierras y dominios, por lo cual nos fue imposible seguir nuestro viaje. Pero fiesta tenía que continuar, claramente no nos quedamos tranquilos con ésto y buscamos otro camino muy oculto, que nos permitió llegar a la otra cara del volcán, comenzando así la real sesión.
Líneas espectaculares entre árboles nativos y bosques de enormes araucarias, marcaron la diferencia de cualquier otra sesión que hubiera tenido antes en todo Chile, esto me dejó realmente feliz y con ganas de seguir buscando más spots ocultos en mi hermosa cordillera.
Pero el hambre de seguir conociendo fue mayor, llevándonos a armar otra sesión para el día siguiente; pero a esa altura, la nieve y el viento característico de la zona, no nos dejó sesionar tan bien como el día anterior; pero si pudimos armar un salto y hacer un par de cosas entretenidas en la parte más baja, más refugiada del fuerte viento.
Los demás días de trip fueron pura entretención en el centro de ski con los loucals, teniendo alguna randoneadas locas a valles ocultos inexplorados.
Como todo viaje tiene el clásico momento de esparcimiento, no dejamos de lado el mes de la patria, disfrutando uno que otro terremoto y unas ricas empanadas; compartiendo con la gente local, obviamente con distanciamiento físico.
Agradezco a cada persona con la que estuve compartiendo en este gran trip al sur. Mucha simpatía y gran corazón de todos. Muchas gracias a mi bro Yamil, la bestia sureña del snow, por tremenda invitación; a su chica Fher, quien pasó horas grabándonos y registrando todos los momentos del viaje, disfrutando incluso más que todos de esos ricos terremotos, jajaj.
Muchas gracias por la gran hospitalidad de “La Patrona Marcela” y su buen marido “Señor Jesús”, quienes nos alojaron en sus cabañas “Las Tinajas”. Me llevo unos lindos y mejores recuerdos de paisajes, enseñanzas, comidas y lindas personas, con las cuales compartí sesiones de snow, cervezas, tinajas, vinitos y muchas risas.
La vida hay que vivirla ahora y hay que vivir cada momento como si fuera el último que vas a vivir!!!
Nos vemos hasta la otra nueva y pronta sesión de Snow!!!
Photos: @fherrubilar
Relato: Maximiliano Moraga «Maxi Shit».